jueves, abril 27, 2006

UN DESPISTADO COMENTA la polémica por la viñeta de Forges de la que escribí un post de ayer que recogió Periodista Digital. Escribe:
¿No es buen momento para hacer comparaciones odiosas, especialmente si es por medio de viñetas? ¿Y esto lo dicen los mismos que se han hartado de reivindicar la libertad de expresión de los dibujantes daneses para dibujar a Alá con una bomba en el turbante? ¿Es que debemos tener más respeto por un telepredicador radiofónico de tres al cuarto que por el fundador de una religión que siguen millones de creyentes en todo el mundo?
El sagaz autor del párrafo no se da cuenta de que se pilla sus propios dedos con ese doble rasero que se empeña en ver en los demás. ¿Tan difícil es entender que no, no hay nada sagrado y que por tanto es tan legítimo desde el punto de vista de la libertad de expresión dibujar una viñeta sobre Mahoma, sobre la Cope, o sobre la kale borroka, como también lo es criticar a quienes hagan viñetas sobre Mahoma, sobre la Cope, o sobre la kale borroka? Criticar algo acogido a la libertad de expresión también es libertad de expresión; que yo sepa, nadie ha pasado de ahí con Forges.

Los que aplaudimos la publicación de las viñetas de Mahoma no lo hicimos por las viñetas en sí (no eran precisamente para partirse de risa), sino que defendíamos la libertad de hacerlo sin que ello supusiese la condena a muerte de los autores y el asesinato de un buen número de personas en las protestas violentas que se produjeron en todo el mundo islámico. Comparemos con la reacción del mundo católico al ver viñetas de Jesucristo crucificado y con una erección, o manteniendo reacciones homosexuales. Claro, el despistado no sabía que eso ha ocurrido, porque no ha salido en los periódicos y las teles. ¿De verdad cree alguien que si el sujeto de estas viñetas hubiese sido Mahoma tampoco nos habría salido en todos los medios de comunicación del planeta?