lunes, mayo 24, 2004

[Actualizado] CON EL PECULIAR criterio informativo que le caracteriza -por decirlo de forma suave- el corresponsal de La Vanguardia en Beirut, Tomás Alcoverro, titula su crónica de hoy en página 3 de forma espectacular ("EE.UU. ataca de nuevo una mezquita"), y sigue en la entradilla (requiere registro):
Irán advirtió ayer a EE.UU. a través de la embajada suiza en Teherán sobre las graves consecuencias que tendría seguir atacando lugares de culto chiitas. Ayer, las tropas irrumpieron en una mezquita de Kufa donde se almacenaban armas. En los combates en el sector de Kufa y Najaf han muerto 32 milicianos desde la noche del sábado.

No sólo da una importancia desmesurada a la queja de quienes tienen la fea costumbre de quejarse de casi todo, sino que de forma bastante increíble afirma que es la primera vez que el régimen de Teherán critica públicamente a los EEUU por su política en Iraq. Claro. Hasta ahora todo habían sido piropos.

Por otro lado, para Alcoverro parece que sólo es inadecuado el hecho de que las tropas estadounidenses irrumpan en una mezquita -en la que se almacenaban armas hasta en la torre desde la que el muecín hace sus cánticos- pero no parece que merezca ni la más mínima censura el que la santidad de esos lugares haya sido ya violentada precisamente por quienes los han utilizado como almacén de armas, como refugio y, en no pocas ocasiones, como lugar desde el que disparar, confiando en que el ejército estadounidense se lo pensará dos veces antes de responder precisamente para no herir susceptibilidades.

Y es que eso es precisamente lo que decía el edicto de los ulemas chiíes de Kerbala y Najaf que comenté ayer. Alcoverro o bien lo desconoce -en una flagrante dejación de su responsabilidad como informador- o bien lo esconde de forma deliberada. Independientemente de la tutela espiritual a la que puedan estar sometidos, la postura de quienes al fin y al cabo están en el país directamente encargados de la custodia de los lugares es infinitamente más relevante que lo que puedan opinar los del país de al lado. En cualquier caso, sin las dos caras es imposible que el lector de La Vanguardia pueda conocer la situación en toda su complejidad.

ACTUALIZACIÓN: Abundando en lo que comenta Policronio, via Cori Dauber, este párrafo en el New York Times de hoy:
The American military has said it is justified in attacking mosques and shrines, contending that insurgents use such buildings as arsenals. The assaults have not resulted in large protests in Iraq, which is perhaps an indication of how unpopular Mr. Sadr is in southern towns he has seized. But the Americans have refrained from sending troops to the three holiest shrines in Shiite Islam — the Shrine of Ali in Najaf and the Shrines of Hussein and Abbas here in Karbala — for fear of inflaming Shiites.